Últimamente se han visto muchos vídeos sobre la construcción de calentadores construidos con macetas de barro cuya energía proviene de unas pocas “velas de té”. Me pareció muy curioso y decidí construir uno con un diseño más o menos refinado. Yo opté por la variante que genera una corriente de convección. He aquí los pasos que seguí para construirlo.
ADVERTENCIA: Este invento en realidad NO FUNCIONA. Se necesitan unas 30 velas para que se pueda calentar una habitación.
Primer paso: Los materiales.
Hacen falta dos macetas de barro (dos tiestos). Una debe entrar dentro de la otra, dejando aproximadamente un centímetro de separación entre ellas. Yo como base he usado un plato de madera de los de servir pulpo, de un diámetro ligeramente superior al del tiesto mayor, para que sea estable. Para el soporte central hacen falta una barra roscada, tuercas y arandelas. Para dejar en su sitio la maceta mayor he usado unas alcayas (escarpias) bastante grandes. Herramientas al uso.
Segundo paso: Preparar el soporte.
Hacemos un agujero en el centro con una broca pequeña para que nos sirva de guía. Luego, con una broca de pala de un diámetro mayor que el de las arandelas que estemos usando hacemos un rebaje para que la arandela y la tuerca no sobresalgan más del reborde del plato. En mi caso el rebaje llega hasta la mitad del grosor de la madera.
Lo siguiente es colocar el tiesto pequeño en su sitio fijándolo provisionalmente con la barra roscada. Marcamos los tres puntos don irán las alcayatas.
Con la broca pequeña hacemos unos agujeros ciegos (no pasantes) que nos sirvan de guía para colocar las alcayatas sin rajar la madera. Solo nos queda colocarlas, montar el tiesto pequeño con la barra roscada y las tuercas, y medir dónde debemos cortar la barra.
Tercer paso: Montaje completo.
Una vez cortada. Ya podemos montar completamente el calentador. Para no astillar o rajar el tiesto pequeño, yo decidí usar unas arandelas de goma recortadas de una pieza que compré hace tiempo para el montaje de la campana de “casi vacío”. Fue una mala idea, porque el tiesto se pone realmente caliente y el olor a goma quemada es importante. Ahora no las puedo retirar, porque se han fundido con la arandela y el tiesto. El centro lo recorté con un sacabocados.
Nos tenemos que asegurar de que quede espacio suficiente ente los tiestos para que el aire circule, ascienda, y salga por el orificio superior del tiesto mayor. En otros diseños tapan ese orificio también. En ese caso sería un calentador más de tipo radiante, pero entonces no le veo sentido a usar dos tiestos (si alguien sabe el porqué…).
Paso final: La prueba.
Por último colocamos la velitas de té y las encendemos. Los tiestos se ponen realmente calientes, pero no lo suficiente como para calentar una habitación. Hay que tener cuidado porque la base de madera también se calienta muchísimo. Habría que mejorar el diseño colocando un platillo metálico suspendido sobre la madera, sostenido por dos tuercas en la barra roscada.
Fue una tarde divertida, aunque el resultado fuese algo decepcionante (Resultados que me lo esperaba por los cálculos de potencia que un amigo había hecho previamente).