Inspirado por el concurso de Ikea en el que te regalan la cocina, me he decidido por hacer un seguimiento de las reforma de mi casa. Así podré hacer partícipe a todo el mundo del infierno. ¡Si es que no se puede ser pobre! Sólo a mí se me ocurre pedir lo justito de hipoteca, en lugar de pedir para reforma, BMW, vacaciones en Cancún. De paso participaremos en el concurso, a ver si con suerte me ahorro los dineros de los muebles de la cocina.
La cocina, ¡ah, la cocina! Así es como me la encontré:
Ni en un piso de estudiantes de Burundi se podrían encontrar muebles más antiguos y desparejos. Pero si la vemos como la he dejado, a la mayoría le resultará desalentador:
¡Pero no para mí! Yo lo que veo es un mundo de posibilidades… ay, ay, ay.
A ver si esta vez sí
Después de la última catástrofe, vuelvo a tener el blog montado. A ver si soy capaz de encontrar los post antiguos. Los colores son los que vienen por defecto con esta plantilla. A ver si saco tiempo para cambiarlos.
Comienza la fiesta.